Abuso sexual de menores
18. Cuando se enteren de una acusación de abuso
sexual de menores, llamen enseguida a la sucursal para obtener orientación,
sea
cual sea la edad
actual de la víctima
o la
que tuviera en el momento
del supuesto abuso, o incluso si
los hechos ocurrieron antes del bautismo del presunto culpable. La sucursal les indicará
cómo proceder en cada caso.
19. El abuso sexual de menores es un delito. Nunca le insinúen a una persona
que no debe denunciar
ante la policía u otras autoridades
un caso de abuso sexual
infantil. Si les preguntan, digan
claramente que el dar parte o no a las autoridades
es un asunto personal y que la
congregación no impondrá sanciones, cualquiera que sea la decisión. Los
ancianos no criticarán
a nadie por denunciar tal delito. Si la víctima quiere hacerlo, está en todo su derecho
(Gál. 6:5).
20. Cuando una persona de quien se sepa que
ha abusado sexualmente de niños se mude a
otra congregación, el comité
de servicio enviará una carta de presentación en
la que proporcione datos completos y detallados de su historial y su situación
actual. Las cartas
que la sucursal haya
enviado concernientes
a dicha persona no deben fotocopiarse
ni mandarse a la nueva congregación; pero sí se
la debe informar claramente de
las
restricciones
especificadas por la
sucursal. Deberá enviarse a la sucursal una copia de la carta
de presentación.
21. Cuando un hermano que niega
una acusación de abuso sexual de menores lanzada por un solo testigo se mude a otra congregación,
lo indicado es escribir a la sucursal
antes de mandar cualquier
información sobre él a los ancianos. Sería
muy útil que la carta contuviera un resumen
detallado del asunto y explicara el estado
espiritual y las circunstancias personales tanto del acusado como del acusador. Con respecto al acusado,
se ha de dar respuesta a las
siguientes preguntas: 1) ¿Cómo interactúa
con los niños? 2) ¿Admite haber
hecho algo que el acusador
pudiera haber
malinterpretado
como abuso deshonesto,
o afirma que no recuerda muy
bien los hechos de que se le acusa? 3) Según él, ¿cuáles son
los motivos por los que
el acusador ha lanzado esa imputación contra
él? 4) ¿Se le ha tenido que aconsejar por otros asuntos
de naturaleza sexual, como
conducta indebida con hermanas
adultas o pornografía? 5) ¿Cuál es su estado espiritual? 6) ¿Creen todos los ancianos del cuerpo que no
representa ningún peligro para los
niños? Con respecto al acusador, se deben contestar las
siguientes preguntas:
1) ¿Cuál es el nivel de madurez del niño o joven? 2) ¿Describe actos
normalmente desconocidos para
alguien de su edad? 3) ¿Son el niño y sus padres vistos como personas
serias y maduras? 4) ¿Son sus recuerdos consecuentes, o se trata de recuerdos intermitentes o reprimidos?
(w95 1/11 págs. 25, 26.) 5) ¿Qué reputación
tienen los padres? 6) ¿Son maduros espiritual y emocionalmente?
Tras analizar con minuciosidad el asunto, la sucursal les indicará qué
hechos revelar y cuáles no
a los ancianos de la nueva congregación.
Comentarios
Publicar un comentario